Sobre mí

Bienvenidos al Blog del cuentista... otra vez.


Mi nombre es Teresa. Hace años creé El blog del cuentista por primera vez. Siempre me ha gustado escribir y quise compartir con otros mis historias. Todo fue bien durante un tiempo: el blog creció, conecté con mucha gente que leía mis historias y que compartía también las suyas, visité otros blogs y aprendí mucho de la comunidad de lectores y escritores que descubrí en línea. En resumen, fue una experiencia muy bonita. Sin embargo, si intentáis encontrar ese blog ahora, no podréis; ya no existe. Lo eliminé. 

Fue una solución extrema a un comentario que recibí y que me afectó demasiado: "No publiques basura, publica solo lo que valga la pena". Es fácil decir que los comentarios externos no deberían afectarnos, pero en ese entonces yo tenía entre 15 y 17 años, y el comentario me consumió. 

Yo no había empezado el blog con el objetivo de crear una obra maestra y que cada entrada fuera perfecta, yo solo quería escribir y compartir mis historias, tanto las buenas como las malas. Era un buen ejercicio para mantener mi mente activa y mi creatividad despierta, y lo disfruté mucho hasta que alguien (que no tenía nada que ver con blogger, por cierto) me cortó las alas con un consejo mal dado. Eso fue lo que me confundió tanto, que se trataba de un consejo, no de un comentario lleno de odio; y por lo tanto creí que debía seguirlo. 

Desde ese momento me sentí presionada a escribir solamente textos que valieran la pena. Dejé de experimentar con ideas y técnicas nuevas y empecé a publicar solo cosas que creía que iban a gustar a los lectores. Ya no era fiel a mí misma y eso me llevó a odiar mi propio blog. Ya no me representaba, no era lo que yo quería que fuese, así que entré en una especie de crisis de identidad o de inseguridad (o las dos juntas) y decidí cortar de raíz con todo. Cerré el blog y lo eliminé con la esperanza de que toda esa presión y frustración que yo sentía también desapareciera.

Obviamente, no fue así. Durante tiempo pensé en abrir otro blog, pero seguía diciéndome a mí misma que si iba a compartir algo, más valía que fuera bueno. Incluso me convencí de que la mejor idea era preparar unos cuantos textos dignos de publicar antes de abrir un nuevo blog, para asegurarme de que el contenido era de buena calidad. Por supuesto, nunca llegué a preparar nada; y cada blog que abrí no superó más de dos entradas. Yo quería crear... escribir... pero estaba bloqueada. Me sentía como una marioneta enredada; estirando las cuerdas frenéticamente para liberarme pero solo consiguiendo así apretar más los nudos. 

Ahora miro atrás y veo que toda esa necesidad de control surgía de la inseguridad que el comentario me había dado; y todo ese miedo al fracaso es lo que asfixiaba mi creatividad. Dejé de disfrutar del proceso de escribir porque ya no lo hacía por mí, lo hacía pensando cien por ciento en la opinión de los demás.  

Y ahora, nueve años más tarde, por fin estoy lista para enfrentar ese miedo a no ser lo suficientemente buena. Quizá no todo lo que publique sea perfecto, probablemente más de la mitad de textos serán basura, pero todos valdrán la pena, porque todavía adoro escribir y todavía siento ese deseo de compartir mis historias. Así que aquí estoy de nuevo, en El blog del cuentista (nombre que se le ocurrió a mi padre y que por tanto me niego a cambiar), y voy a dar lo mejor de mí misma.

Gracias por leerme :) 

Un abrazo
Teresa 

2 comentarios:

  1. Me alegro mucho de que hayas decidido volver a abrir el blog y escribir. Lo que escribas te tiene que gustar a ti y lo tienes que disfrutar tú ♥ Un abrazo, nos leemos :)

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    1. Gracias Edith <3 Sí, tienes razón, tiene que ser así. Estoy contenta de haber reabierto el blog y esta vez no voy a poner tanta presión sobre mí misma, esta vez voy a disfrutar de escribir y publicar las historias que me apetezca y ya :)
      Nos vamos leyendo, un abrazo!

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